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Sobre este proyecto

A continuación encontrarán una exposición virtual diseñada para mostrar o hacer visibles algunos de los datos descubiertos por la investigación hemerográfica Las infancias producidas por La Violencia bipartidista en Colombia (1946-1950), posible, gracias al programa nacional de estímulos del Ministerio de Cultura y a la beca de investigación sobre las colecciones de la Biblioteca Nacional de Colombia, 2022.

Para hacerla fue necesaria una curaduría detallada de la información, pues el archivo recopilado tiene cerca de 20.000 noticias. En este caso, presento sólo un conjunto de imágenes de El Siglo y El Tiempo que anuncian, a veces con mayor claridad, y otras de manera más opaca, los alcances de La Violencia en la vida de los niños, niñas y adolescentes del país durante el gobierno de Mariano Ospina Pérez. Lo anterior no supone que lo que sigue sea únicamente una colección de imágenes por ver. Cada una de las cuatro salas propuestas tiene un texto introductorio que explica, problematiza y contextualiza los datos de prensa presentados para que el espectador pueda entender la razón de su escogencia y orden; asimismo, pone a su disposición y a modo individual cada noticia elegida para que cada quien tenga el tiempo de leerla con detalle.

Pero ¿por qué las infancias en La Violencia? Y ¿a causa de qué de 1946 a 1950? Básicamente, debido a que existe un vacío palpable en lo que atañe a la niñez en la bibliografía sobre ese periodo —el de esa confrontación entre dos comunidades políticas, las convergentes en los partidos conservador y el liberal a mediados del siglo XX—. Los niños, las niñas y los adolescentes aparecen por pinceladas en el cúmulo de esos textos, remarcándose así, una invisibilización histórica y política que también se extiende a otros fenómenos. La Violencia produjo múltiples infancias, es decir, diferentes formas de ser niño o niña en un contexto determinado. Al respecto, la exposición organiza algunos de los soportes y expresiones de ese hecho socialmente producido: los actores, discursos, las circunstancias, los lugares y las instituciones encargadas de elaborar, mediar, intervenir, e influir en esas infancias aparejadas a La Violencia bipartidista.

Por otro lado, los cuatro años que Mariano Ospina Pérez estuvo en el poder resultan cardinales para organizar y señalar una buena parte de estas infancias. No hay que olvidar que en esos años la confrontación y persecución conservadora-liberal se recrudeció por un conjunto de decisiones y de hechos que convergieron en ese gobierno. Por ejemplo, el Estado de sitio, el cierre del Congreso, de las asambleas y los concejos, los toques de queda, la censura de medios y telecomunicaciones, los consejos de guerra, la idea del fraude liberal, la ilegalización de la protesta sindical, la conservatización de la policía con los llamados “chulavitas”, o el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y todo lo que arrastró: el bogotazo, levantamientos populares, autodefensas en las regiones, etc. De hecho, según Paul Oquist, en su libro Violencia, conflicto y política en Colombia, 1948, 1949 y 1950 fueron los años donde más muertos hubo por La Violencia —43.557 en el primero, 18.519 en el segundo y 50.253 en el tercero—.

Por supuesto, nada de lo recién planteado anula la posibilidad extendida de infancias generadas por La Violencia luego de 1950. Estas continuaron surgiendo o siendo producidas, como lo demuestran varias masacres cometidas por los denominados bandoleros o las denuncias recibidas por la comisión investigadora sobre las causas de La Violencia de 1958. No obstante, el periodo escogido es germinal y sumamente intenso para el propósito de esta exposición; a saber, traer a colación un pasado olvidado: el de las infancias creadas e instrumentalizadas por quienes participaron de La Violencia para debilitar, castigar o erradicar al contrincante político.

Bienvenidos.